Elimine la superposición de graves en minutos con este movimiento de ecualización

Conseguir los graves correctos en la mezcla puede resultar difícil de alcanzar. Existen formas probadas y confiables que pueden llevar al ingeniero al nirvana subsónico, pero algunos problemas requieren más de un par de ajustes de ecualización o ajustes de atenuador. Te mostramos cómo…

Incluso la mezcla más simple a menudo tendrá al menos un par de elementos de gama baja como base. La primera consideración realmente debería ser dónde se encuentran estas partes en el espectro de frecuencias, la segunda es cuándo deberían suceder las partes, como lo demuestra cualquier colocación ingeniosa de bombo o bajo en lo poco convencional.

Estas convenciones son mucho más antiguas que la propia música grabada. No obstante, los ingenieros todavía tienen a menudo la tarea de solucionar las anomalías musicales que surgen del arreglo; ¡ningún género está a salvo!

Las superposiciones espectrales son malas, pero ¿por qué?

Esto ocurre cuando la disposición obliga a los elementos de la mezcla a pisarse los dedos de los demás. Si bien las superposiciones de altas frecuencias pueden resultar fatigantes para el oyente, el rango medio es fundamental para comprender que todo el mensaje está en el medio.

Los instrumentos de baja frecuencia en particular pueden ocluyerse entre sí en una parte del espectro que posiblemente causa más dolores de cabeza en términos de mezcla y monitoreo. Ciertamente, el oído es mucho mejor para desentrañar el desorden de los rangos medios que la turbidez de las frecuencias bajas, pero hay otra consideración en juego: el espacio libre.

Una mezcla subjetivamente bien equilibrada puede parecer decididamente desequilibrada en un analizador, revelando la inclinación necesaria en los graves para lograr ese equilibrio. Esto tiene implicaciones para el headroom de la mezcla, ya que los graves necesitan escucharse más en el nivel «correcto». Por lo tanto, cuando se trata de mezclar los graves, también existe una razón técnica para mantener bajo control las superposiciones.

Agacharse versus ecualización

Quizás la forma más sencilla de gestionar las superposiciones sea emplear algún tipo de control de nivel, mediante el cual la presencia de un elemento reduce el nivel del otro. Esto se puede lograr utilizando un ducker dedicado o una configuración de compresión para que se comporte como tal. Alternativamente, simples caídas de ecualización en las frecuencias más efectivas pueden ayudar, pero estas cambian inherentemente los espectros de maneras que pueden robarle a un elemento su carácter todo el tiempo. Da un paso adelante por una tercera vía…

Agachándose con el ecualizador

La forma natural de solucionar las deficiencias de las técnicas sustractivas convencionales es utilizar un proceso dinámico. Al «activar» cortes de ecualización que ocurren en momentos específicos (como en los golpes del bombo), otros instrumentos de bajo pueden tener frecuencias superpuestas disminuidas durante eventos específicos de la música.

En el video, utilizamos Pro-Q 3 de FabFilter para crear un atenuador espectral en un instrumento virtual de bajo. Dirigimos el bombo a Pro-Q 3 como entrada de cadena lateral, antes de usar su espectro para informar los cortes al bajo. Nos decidimos por dos cortes; uno en la frecuencia fundamental del bombo, además de tener un segundo filtro en la mano para minimizar los sonidos de la púa frente al clic del mazo, por si acaso.