Cuándo dejar de usar una caña (cómo saber si una caña ha caducado)

Las cañas sin abrir casi nunca caducan cuando están en la caja, pero una vez que están abiertas y expuestas, podemos esperar que su rendimiento empeore progresivamente hasta que ya no puedan cumplir su propósito.

¿Cómo sabemos cuándo dejar de usar una caña? Las lengüetas deben reemplazarse cada vez que note que comienzan a perder su capacidad para producir un sonido resonante o que no tienen mucha resistencia al aire que sopla (lo que lleva a una salida débil). Como regla general, una lengüeta usada debe reemplazarse cada dos o cuatro semanas, independientemente de la frecuencia con la que se toque.

En este artículo, profundizaremos en varios aspectos relacionados con el uso de cañas y su proceso de caducidad. También investigaremos las señales reveladoras de que una caña ha pasado su mejor momento.

¿Qué son las cañas?

Las cañas pasan por un proceso entrópico de la misma manera que otras cosas en la naturaleza. Sin embargo, para entender qué es lo que hace que una caña caduque, debemos saber exactamente qué es una caña.

Si alguna vez has tocado un oboe, un saxofón o un clarinete, es posible que ya sepas que tienen una pieza (o dos piezas) de material similar a una caña en el lugar donde se coloca la boca y por donde se sopla el aire. Estas piezas se llaman cañas.

Las cañas se hacen tradicionalmente de un tipo de hierba con una composición similar a la madera. En su mayoría provienen de cañas o bambúes, aunque en los últimos tiempos encontrarás algunos fabricados con material sintético que emula las propiedades y la consistencia de la caña.

Estas cañas sintéticas tienden a funcionar de manera más uniforme debido a que no provienen de seres orgánicos. Por otro lado, las cañas naturales son más impredecibles ya que no hay dos cañas iguales, por lo que incluso las cañas producidas en la misma sesión de fabricación pueden diferir mucho en su estructura interna.

Cañas individuales vs. Cañas dobles

Las cañas simples son losas simples que se unen a una boquilla con una ligadura. La caña vibraría contra el labio superior de la boquilla para impulsar el aire que soplamos. Los clarinetes fueron los primeros ejemplos de instrumentos de viento de madera de una sola lengüeta y fueron los únicos instrumentos de este tipo hasta que se inventó el saxofón.

Por otro lado, las cañas dobles se componen de dos láminas de caña unidas entre sí con una pequeña abertura entre ellas. Cuando el jugador sopla, ambas lengüetas vibran simultáneamente para crear la columna de aire que viaja a través del orificio. Las lengüetas dobles se pueden encontrar en instrumentos más antiguos como el oboe, el cor anglais (cuerno inglés) y el fagot.

¿Qué afecta el rendimiento de la caña?

Las cañas son sensibles a diversos factores externos e internos.

Los factores externos incluyen la humedad relativa, las dimensiones de la boquilla y el posicionamiento de la caña en relación con la boquilla.

Pero, lo que es más importante, varios factores internos entran en juego cuando se compara el rendimiento de una lengüeta, como su estructura celular, dureza y forma.

La dureza y la forma son aspectos que podrían modificarse en algún grado. La estructura celular es básicamente la constitución de la caña, el material del que está hecha, que no se puede alterar.

La dureza se puede modificar de innumerables formas. Por ejemplo, podemos aflojar el fuerte vínculo entre las fibras empapando la caña. Por el contrario, el afeitado/lijado reduce la cantidad de masa que tiene que vibrar, lo que hace que la caña sea más flexible y maleable. Esto también altera la apariencia de la caña, aunque solo sea en niveles insignificantes.